Latin Counsel habló con Ana María Yuri, socia de Derecho Inmobiliario y Corporativo de la firma chilena líder Bofill Mir Abogados.
Es una de las primeras mujeres en la historia de Chile en haber sido nombrada socia directora de un estudio de abogados, y una de las tres únicas abogadas chilenas reconocidas en el elitista ranking IFLR Women Leaders 2022 (junto con Patricia Silberman de Carey y Myriam Barahona de Morales & Besa). Dicho reconocimiento, basado en una rigurosa metodología, destaca a mujeres con destacada reputación en sus respectivas áreas de práctica y que ocupan posiciones de liderazgo en sus Firmas.
Ana María lleva más de veinte años dedicada al derecho corporativo y es profesora de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y en la Universidad Adolfo Ibáñez.
LATIN COUNSEL: ¿Qué la llevó a decidirse por la abogacía?
Ana María Yuri: Pensé que esta carrera me permitiría desarrollar un futuro profesional versátil, una plataforma que me permitiría desarrollarme en distintas áreas de mi interés. Me atrajo la idea de una formación integral en diferentes áreas de las ciencias sociales, aplicables en el mundo público y privado.
LC: Como mujer líder inspiradora, ¿cómo describiría la evolución de la mujer en el sector jurídico en Chile desde que comenzó su carrera profesional? ¿Estamos avanzando hacia la igualdad?
Ana María: Hay avances. Estamos en un proceso de evolución, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Se trata de generar cultura y conciencia, de establecer políticas que permitan que más mujeres se atrevan a asumir el reto, y ese es un proceso lento. Sin embargo, es prudente decir que hay cierto interés en avanzar con medidas y acciones concretas, que poco a poco van mostrando resultados, pero lo más importante es que hay una evolución hacia la inclusión, con un número cada vez mayor de personas y sectores que muestran implicación, en comparación con hace unos años.
LC: Desde que es socia, ¿qué es lo que más le ha gustado de su experiencia? ¿Se ha encontrado con algún reto importante?
Ana María: Destacaría tres dimensiones que han sido las más desafiantes y enriquecedoras.
En cuanto al mercado legal, ha sido muy importante el reto de sumar nuevas socias, de formar parte de la primera generación de mujeres abogadas que empezaron a organizarse para visibilizar las brechas de género presentes en nuestro ámbito. El reto de integrar a abogadas más jóvenes en puestos de liderazgo es muy importante para mí.
En este contexto, me gustaría destacar que, en 2016, fui nombrado socio director. Este fue un desafío relevante que los medios jurídicos y publicaciones de benchmarking visibilizaron bastante, como una forma de promover este tipo de decisiones. Haber sido una de las primeras socias directoras de la industria legal en Chile y sentar un precedente en este sentido es algo que quedará en mi historia profesional y en la de BM, y espero que sirva para que más mujeres abogadas busquen y se atrevan a tomar estas oportunidades, así como para que se visualicen asumiendo estos cargos y, al mismo tiempo, vean que sus organizaciones las promueven.
La segunda tiene que ver con la responsabilidad directa con el cliente, entendiendo su negocio, sus aprehensiones, transmitiendo confianza, y así, construyendo relaciones duraderas que sumen a ambas organizaciones.
Finalmente, de la misma manera, valoro lo que me ha dado mi relación con el desarrollo corporativo, el sentido de entender el negocio, sumar nuevas ideas, asumir y formar nuevos liderazgos, entender la gestión y sus distintas dimensiones, entre otros.
LC: ¿Qué puede decirnos sobre la cultura y la estructura de liderazgo de Bofill Mir Abogados?
Ana María: Uno de nuestros principales retos es generar la capacidad de adaptación al cambio como prioridad. Junto a ello, estamos centrados en proporcionar una sólida formación a nuestros abogados en diferentes áreas, con especial énfasis en la ética, la excelencia en el servicio al cliente y la formación integral, algo en lo que nos estamos centrando y trabajando mucho en los últimos tiempos.
En términos de liderazgo, estamos trabajando en la construcción de un modelo cada vez más horizontal que nos permita promover la integración y el sentido de pertenencia. Esto lo estamos logrando a través de la participación activa de nuestros abogados desde el primer día, contando con un fuerte apoyo e involucramiento de los socios y líderes de nuestras diferentes áreas de práctica. Con ello, buscamos que nuestros abogados desarrollen sus capacidades profesionales y de liderazgo desde el inicio de sus carreras.
Hemos tenido muy en cuenta las inquietudes y deseos de las nuevas generaciones, tanto a través de nuestros abogados que inician su carrera como de los participantes en los programas de prácticas de invierno y verano. Esto se debe a que comprendemos la importancia de saber lo que buscan para adaptar nuestras estructuras a las nuevas formas de trabajar.
LC: ¿Cómo definiría la estrategia de diversidad e inclusión de la empresa?
Ana María: Proactiva, transparente y genuina.
Proactiva, porque buscamos las instancias y políticas que nos permitan seguir consolidando y sistematizando nuestros esfuerzos en este sentido. Incluso tenemos espacios definidos para tratar estos temas y monitoreamos constantemente nuevas formas de involucrarnos.
Transparentes, porque hemos sido explícitos al plantear los retos que tenemos por delante y nuestras brechas y áreas susceptibles de mejora, aunque en ocasiones hayamos tenido que tocar temas incómodos.
Y auténticos, porque estamos convencidos de que la diversidad y la inclusión aportan efectivamente a nuestro desarrollo corporativo y al medio ambiente, y el nuestro es un compromiso honesto. Por tanto, nuestro reto es perseverar en esta línea, y evitar que este esfuerzo sea baldío.
LC: ¿Puede hablarnos de la estrategia de crecimiento de la firma?
Ana María: Estamos ejecutando un plan de crecimiento muy ambicioso que combina importantes esfuerzos de desarrollo corporativo con nuevos nombramientos, nuevos talentos, nuevas especialidades, formación y tecnología, entre otros; todo ello en un contexto de internacionalización, proyección y siempre cimentando las relaciones dentro de nuestras áreas de interés.
En este sentido, hemos intensificado nuestra participación en redes internacionales y nuestras relaciones con firmas extranjeras, esfuerzo apoyado por nuestro socio Francisco Ducci, radicado en Nueva York, quien ha dado origen a una serie de nuevas oportunidades para la Firma.
Además, estamos reforzando nuestra proximidad con Asia a través de un proyecto muy interesante que estamos a punto de anunciar, entre otras iniciativas en este sentido. Para definir el plan, hemos pasado por varias etapas que incluyen repensar diferentes aspectos de nuestra actividad, tener en cuenta las inquietudes de nuestro equipo y clientes, y conocer experiencias en otros países, entre otras. Para la puesta en marcha del plan, en un principio contamos con consultoría externa, y a medida que hemos ido avanzando hemos continuado llevando a cabo estas acciones mediante el esfuerzo del equipo y el liderazgo interno.
En todo este proceso, contar con una administración plenamente profesionalizada y consolidada, y haber tenido la visión de comprender su importancia desde el principio (la profesionalización de los despachos de abogados es un fenómeno relativamente nuevo) nos ha permitido desarrollar una estrategia corporativa integral en este ámbito, en lugar de limitarnos a dar respuestas reactivas.
LC: ¿Cuáles considera que son los mayores retos de la región?
Ana María: En cuanto a las firmas de abogados, creo que seguir trabajando en la internacionalización y la profesionalización de los servicios y la administración son dos grandes desafíos, porque son dos aspectos que contribuyen mucho a la estandarización y, con ello, a la fluidez en nuestra comunicación y entendimiento.
Como una forma de atender a la necesidad de seguir fomentando las relaciones con nuestros pares y generar oportunidades de mayor colaboración y aprendizaje, este año hemos lanzado una iniciativa que consiste en abrir nuestras puertas para recibir abogados de firmas de la región y viceversa, con foco en abogados jóvenes, y, en una primera fase, enfocada principalmente en América Latina. Esto tiene diferentes objetivos y ventajas, y es una forma muy eficiente de estar conectados con los mercados jurídicos de la región latinoamericana.
LC: ¿Qué consejo daría a la nueva generación de mujeres abogadas?
Ana María: La vida laboral presenta enormes retos y oportunidades; es importante tomarse el tiempo para visualizar dónde estás, a dónde quieres llegar y atreverse a asumir los retos necesarios.
El cumplimiento de tus metas profesionales, que equivale más o menos al concepto de «desarrollo de carrera», estará determinado por las decisiones que tomemos y por nuestra disposición y actitud para alcanzarlas. El progreso y el crecimiento no provienen necesariamente de fuentes externas, son el resultado de un trabajo interno que nos impulsa hacia lo que queremos. Por eso menciono la actitud, porque la carrera que construimos depende en gran medida de la forma en que afrontamos los retos que nos llevarán a la siguiente etapa.
Por último, creo que es importante tener en cuenta que la vida profesional se entrelaza en casi todos los puntos con nuestra vida personal, y esto repercute en ambos ámbitos. Por lo tanto, es importante analizar cuáles son nuestras prioridades y cómo podemos conciliar ambas esferas de la mejor manera posible.
